Los legionarios romanos han pasado a la historia como los soldados más reconocibles del ejército del imperio. Estamos hablando de unidades de soldados de infantería pesada integradas por ciudadanos romanos mayores de quince años y que, en la época, destacaban por su orden y disciplina. En este artículo, te detallamos el armamento que portaban en las batallas.
La espada o ‘gladius’
En Roma, el término gladius se empleaba para referirse a cualquier tipo de espada. Hoy en día, esta palabra ha pasado a usarse para describir a la más característica de esta civilización, que solía medir entre 60 y 85 centímetros. Tenía un tamaño tan corto por las formaciones en el ejército romano. Los soldados iban muy unidos, por lo que su movilidad era reducida.
La empuñadura de la gladius contaba con un pomo redondo -para evitar que la espada se escurriera de las manos del portador- y un guardamano, que solía ser de madera y recubierto de latón. Por otro lado, la hoja -de doble filo y fabricada en hierro- era recta y ancha.
La Jabalina o ‘Pilum’
El Pilum era una jabalina – o lanza- de aproximadamente dos metros de longitud y había dos tipos: una ligera y una pesada. Las primeras eran de madera y las pesadas tenían, además, una vara metálica que se unía por medio de un remache.
Estas armas se lanzaban a las filas enemigas para provocar bajas y dañar los escudos de los contrincantes.
La cota de malla
La cota de malla era una especie de túnica compuesta de hierro sin mangas y que llegaba hasta la mitad del muslo, aunque los primeros modelos estaban reservados a aquellos soldados que se las pudieran permitir y eran de acero o bronce. Se componía de anillos de metal que iban entrelazados entre sí para evitar cortes y proteger de los golpes provenientes de las filas enemigas.
Casco de los legionarios romanos
Su función era proteger la cabeza, pero lo más reseñable era la diferencia en el diseño según el rango del mando que lo portaba. Es decir, además de su función protectora, también tenía una jerarquizante. Además, hay que añadir que su diseño fue muy cambiante con el paso del tiempo, destacando entre todos diseños como el casco de Montefortino, el casco Coolus y los imperiales (galos e itálicos).
Escudo de los legionarios romanos
El escudo -denominado ‘Scutum’ en latín- fue evolucionando en forma. Durante la época de la República eran rectangulares, pudiendo ser planos o convexos. Están hechos de tiras de madera que se sobreponían unas a otras recubiertos de cuero, que los dotaba de resistencia, aunque hacía que su peso llegara casi a los siete kilos.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, el escudo no solo tenía una funcionalidad defensiva, sino que también se usaba como arma de ataque, ya que la aleación de cobre o acero que contaba en el centros servía para golpear o empujar al enemigo, para después rematarlo con la gladius.
Este es un resumen de los componentes que los legionarios romanos llevaban a la guerra. Si estás interesado en ver nuestras espadas romanas, pincha aquí.