En esta ocasión vamos a hablar de un tipo de espada muy particular y que, a priori, parece quedar fuera de los cánones que tradicionalmente definen lo que es una espada medieval: Falchion, Bracamarte, Terciado. Nos referimos a una tipología caracterizada por hojas anchas y generalmente de un sólo filo, de las cuales tenemos constancia en diferentes contextos geográficos y cronológicos en forma de diversas variantes con distinta  nomenclatura. Veamos como ha sido su evolución.

 

Clasificando hojas de un sólo filo: el falchion

En su clasificación del armamento medieval castellano-leonés y musulmán entre los siglos XII y XIV, Álvaro Soler establece diferentes tipologías de espadas de la que destacaremos el Tipo 8: es el único clasificado por el tipo de hoja, caracterizada por su tamaño, la presencia de un sólo filo y unas connotaciones sociales muy claras (1993: págs. 21-23). No obstante, nos encontramos ante un tipo de espada que no es exclusivo de la Península Ibérica sino que tuvo repercusión en otros ámbitos europeos, a los cuales nos vamos a dedicar esta vez. Dejamos para una próxima entrada la evolución de este tipo de espada en el contexto peninsular tanto medieval como moderno.

El propio Soler reconoce que el nombre más comúnmente aceptado a nivel internacional para este tipo de armas en el medievo es falchion. Ewart Oakeshott (1960: 59-60) plantea un posible origen de estas espadas de un sólo filo en modelos escandinavos y alemanes, valiéndose del contacto de estas regiones con Grecia desde al menos el siglo II a.C., gracias a lo cual se habrían visto influenciados por la espada griega kopis (también de un filo) de la que desarrollarían sus propias versiones. Basa su hipótesis en que las regiones en que más se habrían utilizado estas espadas son aquellas por las que transcurrían rutas comerciales a través de ríos como el Oder o el Vístula (entre las actuales Alemania y Polonia), hacia Panonia, Dacia o Tracia, ya en el contexto griego. A partir de estos primeros modelos de un filo se desarrollaría un tipo de espada denominada Sax (o Saex), que permanecería sin cambios en el norte europeo hasta el final del periodo vikingo y perviviría en la Edad Media ya bajo la denominación de falchion.

 

Antecedentes en el norte de Europa

Sea como fuere, lo cierto es que las hojas de un sólo filo fueron habituales en el contexto vikingo e incluso entre sus predecesores, aunque la mayoría de espadas de esta cultura que han llegado hasta nosotros son de doble filo. Algunos investigadores como Petersen consideraron estas espadas de un sólo filo como una evolución local del cuchillo largo denominado scramasax, que llegarían en algunos casos concretos a superar en longitud a sus homónimas de doble filo, con hojas de 80-85 centímetros (Peirce 2002: 20-21). Health, por su parte, fija el uso de espadas de un solo filo en estas regiones en los inicios de la Era Vikinga, especialmente entre los noruegos (2008: 45).

Algunos de estos modelos escandinavos, concretamente el Sax largo nórdico, gozarían de gran aceptación en otros ámbitos europeos entre los siglos XI y XII, tal y como reflejan frecuentemente diversos manuscritos. Durante el siglo XIII su hoja cambiará considerablemente, aumentando la anchura en su “punto de golpeo óptimo”, (Oakeshott 1960: 235-238) y, por tanto, adoptando la forma tradicionalmente otorgada al falchion: hoja de un sólo filo que va ensanchándose desde la empuñadura hasta la punta.

Figura 1: Esta es la estructura más reconocida para un falchion, pero no la única.
Imagen: By Dlatrex – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=137083350

 

Ejemplos que han pervivido hasta nuestros tiempos

Lo cierto es que esta estructura básica es la que se ha podido constatar a través de varios ejemplos arqueológicos encontrados en diferentes puntos europeos y con una cronología muy similar: las décadas transicionales entre los siglos XIII-XIV. Resulta revelador comprobar como se conserva dicha estructura en diferentes ejemplares repartidos por Europa, como el hallado en el castillo de Milán durante la restauración acometida durante el último tercio del siglo XIX, caracterizado por su pomo en forma de escudo aplanado. O el hallado en 1861 en París (conservado en el Museo de Cluny) y que, a pesar de ser una espada menos elaborada que otras homónimas, se distingue por presentar las armas del Grand Chatelet en su pomo de bronce. En el Museo de Norwich (Inglaterra) se conserva otro ejemplar hallado en 1833 mientras se dragaba el río Thorpe, con pomo circular y arriaces toscamente grabados, además de una marca de armero en forma de corona incrustada en cobre. También lo encontramos referenciado en manifestaciones artísticas como los frescos de la cámara pintada de Westminster, empuñado por una tosca figura extraída del Salterio de Louterell (Laking 1920: 127-132). Aunque esto no debe inducirnos a error: aunque esta es la forma arquetípica tradicionalmente atribuida al falchion medieval, existieron otras variantes a lo largo del tiempo y en diferentes ámbitos territoriales.

Sin lugar a dudas el falchion más conocido, y el más antiguo, de los que se conservan es una pieza histórica de gran renombre en el mundo anglosajón, conocida como el falchion Conyers y que actualmente se conserva y exhibe en la catedral de Durham (Inglaterra). La historia de esta espada está íntimamente vinculada a la familia Conyers, a quienes se había entregado el señorío de Sockburn-on-Tees, en el condado de Durham en el año 1100. Según cierta leyenda, la entrega de estas tierras sirvió para recompensar a Sin John Conyers, quien en 1063 había matado a un temible dragón que atemorizaba la zona. Leyendas aparte, el falchion Conyers se vio imbuido de un gran simbolismo al considerarse una “espada de tenencia” que el jefe de dicha familia presentaba a cada nuevo obispo de Durham en una especie de juramento de fidelidad, pues poseían parte de las tierras que pertenecían al referido obispado. La ceremonia consistía en presentar y entregar la espada como símbolo de lealtad al obispo, tras lo cual éste la devolvía en señal de reconocimiento (Hodges 1892: 217 y Laking 1920: 128). Esta ceremonia permaneció en uso hasta 1771.

Figura 2: Ejemplo de falchion medieval en la Biblia de Maciejowski. Imagen: By Unknown author – excerpt from Maciejowski Bible (Morgan Bible), Folio 14v, 13th century (Pierpont Morgan Library, New York, Ms M. 638), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=90668661

Centrándonos en sus características estructurales, vemos una hoja con una longitud total de 89 centímetros que va ensanchándose conforme avanza hacia la punta. Se aprecian signos de uso, como una fractura cerca de la punta a causa de un fuerte golpe, así como un contorno ondulado que revela frecuentes limpiezas y pulidos. La guarda es de bronce, decorada con serpientes aladas incisas, mientras que en el pomo porta las armas de Inglaterra (tres leones) en un lado, y un águila negra en el otro (Hodges 1892: 215-216). Estos elementos heráldicos han permitido establecer una datación en torno a 1272 (Soler del Campo 1993: 22).

 

La tipología Elmslie

No obstante, el estudio de las armas medievales en general, y de las espadas de un sólo filo en particular, es un campo en el que la investigación está hoy día abriendo camino. Destacan en este caso los estudios de James Elmslie quien recientemente ha propuesto una nueva clasificación tipológica centrada en las espadas de un sólo filo, como complemento a la ya clásica para doble filo de Oakeshott. Sus investigaciones, aún en proceso, han revelado una gran variedad de formas en las espadas de un sólo filo en el contexto europeo, clarificando que la forma de falchion que hemos estado viendo a lo largo de los párrafos anteriores es sólo una de las muchas que existieron; quizá la arquetípica, pero no la única. Avances en la investigación como la propuesta de Elmslie proporcionan tanto a investigadores como a aficionados una excelente herramienta para clasificar este tipo de armas, permitiéndonos acercanos con mayor precisión y conocimiento a este tipo de armamento antiguo. Encontraréis una conferencia impartida por el propio Elmslie (en inglés) pinchando en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=xRDfCqHq6Mo

Figura 3: Tipología Elmslie para hojas de un sólo filo.
Imagen: By Dlatrex – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=137086635


En la próxima entrada analizaremos con detalle la evolución del
falchion en la Península Ibérica durante la Edad Media, así como su paso a la Edad Moderna.

Recuerda que puedes sumergirte en la historia y la grandeza de épocas legendarias a través de la sección de Espadas Medievales en Mariano Zamorano. Aquí, descubrirás una diversidad de espadas, cada una proveniente de una era distinta y cargada con historias y misterios de su tiempo.

Félix Antonio Jaime Sánchez.

 

Bibliografía consultada:

– Healt, Ian, El azote del norte. Vikingos, Madrid, Biblioteca Osprey, 2011, 72 págs.

– Hodges, C. Clement (1892), “The Conyers Falchion” Archaeologia Aeliana Series 2. Vol 15, pp. 214-217

– Laking, Guy Francis, A record of european aromours and arms through seven centuries, 4 vols. Londres, G. Bell and Sons, 1920

– Oakeshott, Ewart, The archaeology of weapons. Arms and armour from Prehistory to the age of Chivalry, The Boydell Press, 1960, 359 págs.

– Peirce, Ian G., The swords of the Viking Age, The Boydell Press, 2002, 152 págs.

– Soler del Campo, Álvaro, La evolución del armamento medieval en el reino castellano-leonés y Al-Andalus (siglos XII-XIV), Madrid, Colección ADALID, Servicio de Publicaciones del E.M.E., 1993, 365 págs.

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