La espada de antenas es un tipo de espada desarrollada durante el período de la Edad de Bronce. Esta espada se convirtió en una de las más utilizadas por los pueblos celtas de la Península Ibérica.
Existen distintos tipos de espadas de antenas y una infinidad de investigaciones distintas para lograr entender cuál es su origen. Según lo que escribe Gustavo García Jiménez en su estudio sobre ‘Las primeras producciones de antenas en la Meseta’, el honor de los primeros hallazgos de este tipo de espadas se vendría denominando “tipo Echauri” durante todo el siglo XX, término que le corresponde al Marqués de Cerralbo.
A partir de este momento, se fueron sucediendo otros hallazgos a lo largo de toda la Meseta Ibérica. Según palabras de García Jiménez en su investigación, “aunque algunos autores han tenido continuidad, la mayoría han seguido la línea de investigación encabezada por M.E. Cabré de Morán. En efecto, la verdadera distinción tipológica y sistematización de los hallazgos se la debemos a esta autora, quien ya en 1956 acuñó el término que se ha venido utilizando hasta la actualidad en relación con el hallazgo navarro, supuestamente el más antiguo”.
En sus obras posteriores, la autora desarrolla dicha clasificación tipológica, advirtiendo a su vez de la cronología antigua e influencia aquitana de las espadas de tipo “Echauri”, de su convivencia con su tipo “Aguilar de Anguita” y su perduración en el siglo IV a.C.
A partir de este momento, la mayoría de los autores tendrán en cuenta este esquema de categorización. En concreto, Fernando Quesada dedicó importantes esfuerzos para clarificar la tipología de espadas antenas de la Segunda Edad del Hierro y propone la denominación “tipo II”, en la que se basa Gustavo García Jiménez en el desarrollo de todo su estudio.
Monográfico de la espada de antenas de tipo Quesada II
La espada de tipo Quesada II, como ya hemos nombrado anteriormente, es un tipo de espada de antenas que responde al esquema de fabricación que tienen la mayoría de ellas.
Teniendo como referencia el trabajo de García Jiménez, podemos establecer las partes básicas de este tipo de espadas:
En primer lugar, cuenta con una hoja, generalmente corta, de doble filo, con ejes normalmente rectos y, en ocasiones, con nervio central, que se prolonga en una espiga que
compone el esqueleto de la empuñadura. La guarda de la espada es siempre curva, al igual que el pomo, que toma forma de antenas bastante desarrolladas y termina en remates con disco central de gran diámetro.
A esta espada siempre la acompaña una vaina enteriza de hierro, fabricada a partir de dos piezas y de morfología muy característica. La embocadura es curvilínea y transita de forma abrupta a unos hombros rectos que sobresalen de los ejes laterales de la vaina y que sirven para recibir los extremos o gavilanes de la guarda. El resto de la vaina es recta, hasta llegar a la contera, que a veces se abre sensiblemente y termina en horizontal.
Otro rasgo característico de la vaina es la ranura central longitudinal que conserva en buena parte de su recorrido. Generalmente, cuando la pieza está bien conservada, se puede observar cómo en el centro proximal y distal de dicha ranura arrancan unas líneas de sutura que llegan a la embocadura y la contera de la vaina y constituyen el punto de unión a través de una soldadura. Completan la vaina las agarraderas laterales para las anillas que se encargan de su sujeción más o menos horizontal a través de una correa o tahalí de cuero que se colgaría del hombro del portador, del mismo modo que la mayoría de espadas ibéricas y celtibéricas.
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